Una vieja canción decía “Como aves precursoras de primavera, en Madrid aparecen las violeteras”. Las aves precursoras a las que se refiere la canción son las golondrinas y las violeteras, las vendedoras callejeras de flores que antaño iban por Madrid con grandes cestas vendiendo flores.
Esta canción quedó inmortalizada en la película La Violetera (1958), interpretada por Sara Montiel.
El 1990 el Ayuntamiento encargó al escultor Santiago de Santiago una escultura en honor al compositor de la canción La Violetera, José Padilla, para colocarla en uno de los lugares que, en el pasado, fue muy frecuentado por estas vendedoras de violetas, frente al edificio Metrópolis, entre las calles Alcalá y Gran Vía.
En 1991 esta estatua fue colocada y con ella llegó la polémica. Mucha gente dijo que era una estatua cutre, que representaba lo más tradicionalista y arcaico del gobierno madrileño. La pobre violetera se vio inmersa en una absurda polémica de tintes políticos que la mandaron derechita a un almacén municipal donde pasó unos años de reclusión.
En 2003 la Violetera, después de otra agria polémica, fue finalmente colocada en el Parque de las Vistillas, donde se encuentra en la actualidad.
En la base de la estatua reza el siguiente texto “Como ave precursora de primavera, en Madrid aparece la violetera” curiosamente, hay un gran cedro a su lado en el que anidan un pequeño grupo de cotorras argentinas, que con sus graznidos también anuncian la primavera, ¡cosas de la multiculturalidad!
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