El oso es un animal emblemático de Madrid, pese a que hace muchos años que desapareció de nuestras tierras. Actualmente sólo podemos encontrarlos en estado salvaje en algunas zonas del norte de España.
Desgraciadamente, el oso pardo está condenado a la extinción, igual que los primitivos osos de las cavernas que hace más de 10.000 años vivían en nuestra región.

El oso de las cavernas (Ursus spelaeus) era un oso muy parecido a los actuales pero de un tamaño enorme. Se le conoce como oso de las cavernas porque en ellas es donde se han encontrado el mayor número de fósiles de esta especie ya que las utilizaba para hibernar. En algunos casos, no pudieron sobrevivir al invierno y morían dentro de sus cuevas. Es uno de los motivos por lo que sus restos son muy numerosos y se encuentran muy bien conservados.

Cerca de Torrelaguna se encuentra la cueva de El Reguerillo, donde podemos contemplar algunas pinturas rupestres de nuestros ancestros. En esta cueva, a mediados del siglo pasado, se encontraron numerosos huesos fosilizados de osos de las cavernas, entre ellos, el que aparece en la foto, que está expuesto en el Museo Geominero de Madrid. También encontraron las huellas fosilizadas de sus gigantescas patas y restos fósiles de otras especies animales.
En esta misma cueva se encontró el cráneo del oso de las cavernas más grande de España que, desde hace pocos meses lo podemos contemplar en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares.

Los cambios climáticos fueron, al parecer, los responsables de su extinción, el frío les dejó literalmente tiesos.
Es cierto que la desaparición de una especie animal es bastante triste pero, en este caso, bien extinto está, no me apetece nada dar una vuelta por el campo y encontrarme cara a cara con un osazo de ese tamaño.