Una de las joyas escondidas que tiene Madrid, pese a estar situada en plena Gran Vía, es el Real Oratorio del Caballero de Gracia, construido a finales del siglo XVIII por el arquitecto Juan de Villanueva.
Es una construcción de estilo neoclásico. El interior tiene forma de basílica, con una nave central con bóveda de cañón flanqueada por 14 grandes columnas de granito que están talladas en una sola pieza.

Una de las cosas que llama la atención son sus fachadas. Una de ellas da a la Gran Vía y la otra fachada está en la calle del Caballero de Gracia número 5, que es por donde se entra.
La fachada de Gran Vía llama la atención por su gran arco y el curioso ábside que hay dentro del arco, que está inclinado para adaptarse al sentido de la vía. El ábside tiene una cruz bien visible, pese a ello, mucha gente ignora que ese edificio es un templo.

La fachada de Caballero de Gracia es más sobria, toda de granito pero cuenta con un curioso relieve en el que se representa La Última Cena de Leonardo da Vinci.

Además de por la curiosa y bonita arquitectura del edificio, merece la pena hacer una visita para contemplar sus vidrieras y sus magníficos cuadros y tallas, entre ellos el Cristo de la Agonía, uno de los mejores de Madrid realizado a finales del XVII.