Madrid cuenta con infinidad de espacios verdes, es una de las ciudades con más árboles del mundo y la superficie arbolada aumenta año a año pero, ¿qué pasa con la gestión del arbolado?

Que el Ayuntamiento de Madrid destina fondos para la gestión de las zonas verdes y arbolado es una realidad, que cuenta con personal cualificado para ello también pero, todo esto queda en entredicho cuando nos fijamos en el estado de los árboles en la ciudad.

Si caminamos por cualquier calle no es difícil encontrar verdaderos atentados contra los árboles, sobre todo en lo que a poda se refiere, desmoches brutales o cortes hechos de forma tan salvaje que parecen realizados por el mismísimo Leatherface, el protagonista de la película "Matanza de Texas". También es fácil ver daños en las cortezas de los árboles o alcorques absolutamente descuidados e ignorados.

Otro de los grandes problemas del arbolado, mejor dicho, de su gestión, es la nefasta costumbre/práctica de plantar árboles en lugares equivocados, estos son algunos ejemplos.

Esta fofo corresponde a Colón, en ella vemos claramente la lucha entre dos árboles, una sófora y un plátano, dos especies de gran altura y de gran copa que, por una equivocada elección de especies y una poda deficiente han provocado que estos dos árboles mantengan una lucha por la supervivencia que, no sólo es dañina para los árboles, además, la inclinación de los mismos podría provocar un accidente.

Otro ejemplo nefasto lo tenemos en Alonso Martínez, en la plaza de Santa Bárbara, que fue remodelada a finales de 2009, y que ya en su día critiqué por la extraña y absurda disposición de los alcorques de los árboles. En esta plaza vemos como las farolas chocan literalmente con las ramas de los árboles, incluso los focos de las farolas tocan, mejor dicho, se apoyan sobre los troncos de las sóforas.

Como ya he dicho, estos problemas están por toda la ciudad, aquí tenemos otro ejemplo, más absurdo porque se trata de unas zonas que hace poco fueron remodeladas, el Paseo de Recoletos y la Calle Serrano.

En la imagen de la izquierda vemos unos árboles, son unas sóforas de gran tamaño y un joven castaño de indias. Esto podría ser normal, si no fuese porque la distancia entre ellos no supera el metro y medio. ¿Cómo pueden prosperar unos árboles de gran porte compartiendo un espacio tan pequeño?
La imagen de la derecha es igual de catastrófica, en ella aparece un joven plátano con las ramas totalmente pegadas a la farola y a las banderolas publicitarias. ¿Quién en su sano juicio puede haber colocado un árbol en ese emplazamiento.

Los efectos que produce la mala gestión del arbolado, sobre todo en temas de podas, es la enfermedad y pudrición de los árboles que, además de provocar serios riesgos para la seguridad ciudadana, los condenan a ser talados en un plazo relativamente corto, unos 10 o 20 años.

Es frecuente ver a grupos políticos y “ecologistas” protestar por las talas de árboles, los “arboricidios” que suelen decir pero, nunca, jamás protestan por la mala gestión del arbolado madrileño que, es realmente costoso y que una buena gestión del mismo evitaría las talas de los árboles de Madrid y nos ahorraría mucho dinero.

Ignoro si esta protesta será leída por los responsables del Ayuntamiento, de ser así, quisiera sugerir a quien corresponda que, además de lo dicho, se evite la plantación de árboles de porte grande, como los plátanos, en calles estrechas, porque, entre otros problemas, levantan las aceras con las raíces. Este tipo de árboles están muy bien en bulevares y grandes avenidas pero no en calles estrechas.
Existen infinidad de árboles ornamentales de talla pequeña que irían muy bien en las calles, árboles que den flor en primavera, que sean limpios, que no provoquen alergias y que den sombra sin ocultar las fachadas de los edificios, algunas realmente bonitas, como ocurre en la calle Serrano.

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