La fuente de Neptuno, junto a la de la diosa Cibeles, es una de las fuentes más bonitas e importantes de Madrid. Tanto Cibeles como Neptuno podrían competir en igualdad de condiciones para convertirse en uno de los símbolos de Madrid, pero en esta competición Cibeles creo que sale ganando. Puede que por estar situada en un lugar más concurrido o por ser el centro de festejos de los muchos títulos del Real Madrid o simplemente porque en Madrid no hay mar y sin mar Neptuno poco puede hacer.

La fuente de Neptuno fue diseñada por Ventura Rodríguez en 1780 por orden de Carlos III, y la obra escultórica fue realizada posiblemente por Juan Pascual de Mena.

La fuente formaba parte del grupo escultórico del Salón del Prado, estaba ubicaba en un principio entre el Prado de San Jerónimo y el Paseo de Trajineros, mirando cara a su vecina, la diosa Cibeles.
En 1898 la fuente fue trasladada al centro de la plaza de Cánovas del Castillo, donde se encuentra actualmente.

Tanto la fuente de Cibeles como la de Neptuno están esculpidas con mármol de las mismas canteras de la población toledana de Montesclaros.
Neptuno se encuentra en el centro de un gran pilón circular, subido a una carroza con forma de concha que es tirada por dos magníficos hipocampos.

Si nos fijamos atentamente, podemos ver en el brazo derecho de Neptuno una serpiente marina enroscada y el brazo izquierdo sujeta un gran tridente.
Neptuno, subido de pie en su carroza, mira desafiante a los huéspedes del hotel Palace y al Congreso de los Diputados.
De todos es sabido que Neptuno no tiene muy buen carácter, al mínimo mosqueo envía una gran tormenta o un terremoto, pese a ello se porta bien con los madrileños, no se enfadó por las dos o tres veces que le robaron el tridente ni se molesta por las invasiones de los hinchas del Atlético de Madrid que cuando ganan una competición de fútbol van a la fuente para celebrarlo.

Mientras escribo esto me estoy dando cuenta que el Atlético de Madrid es un equipo de fútbol marcado por la mala suerte, es más, en los últimos años, pocas o nulas han sido sus victorias ¿será Neptuno el culpable de esta mala suerte que padecen los atléticos? ¿será que a Neptuno le molesta que los atléticos vayan a celebrar allí sus victorias? ¿será del Real Madrid?

Con festejos o no lo cierto es que Neptuno ve pasar la vida subido a su carroza ajeno al tráfico y a los cientos de turistas que le fotografían todos los días, él guarda silencio, mirando con desafío a los que pasamos por su lado, con los mismos ojos que han visto el paso de la historia, a los madrileños fusilados por las tropas napoleónicas justo a su lado, coronación de reyes, caída de la monarquía, revoluciones, guerras, dictaduras y democracias.

Si Neptuno sigue ahí después de tantos avatares históricos y en una ciudad sin mar será por algo ¿no?