Las fiestas de San Isidro, patrón de Madrid, son una de las pocas ocasiones en las que Madrid se convierte en una especie de gigantesco pueblo castellano. Las calles se llenan de banderines, de puestos de bebida, olor a fritanga, orquestas, bailes callejeros y fiestas al aire libre. Sólo por esto merece la pena darse una vuelta por las zonas más emblemáticas donde San Isidro dejó su huella.

Este post es una especie de guía "isidresca" para todos aquellos que nunca han estado en Madrid durante estas fiestas y, también, para los que siendo de Madrid, nunca han participado en ellas, y quieren ver todos y cada uno de los lugares más típicos.

Lo primero de todo es saber quién fue San Isidro y conocer alguno de sus milagros, dónde se encuentra su cuerpo y quién fue su esposa. Una vez que nos hemos puesto al día con la vida del santo, hemos de prepararnos con fuerza y valor para el gran día, el 15 de mayo.

Itinerario recomendado

Como somos muchos en Madrid, lo recomendable es que te levantes tempranito, si es con la fresca mejor, así evitamos las aglomeraciones. No hace falta que desayunes mucho porque ya te hartarás de comer. El primer punto del itinerario es la Pradera de San Isidro. Para llegar a la pradera lo mejor es que vayas en metro, la estación más cercana es Marqués de Vadillo. Una vez allí has de caminar unos 500 metros. No es difícil encontrarla, sólo has de preguntar o bien seguir a la gente que vaya vestida con el traje típico madrileño.


Llegada a la pradera

Es probable que una vez en la pradera te sientas confuso y desorientado, los cientos de tenderetes en los que se vende de todo tienen mucha culpa.

Si de tenderetes hablamos y quieres comprar algo tradicional lo mejor es que busques aquellos que venden botijos o Don Nicanor. No hay que olvidar los puestos de rosquillas, que las hay de varios tipos, las tontas, las listas, las de Santa Clara y otras más, de reciente elaboración. Lo mejor es que pidas probar cada una de ellas y luego tú mismo eliges las rosquillas que más te gusten. ¡No te olvides de los barquillos! que también están ricos pero dan sed.

Después de comer las rosquillas y los barquillos te habrás alegrado de no haber desayunado mucho, pero tendrás mucha sed, que podrás saciar en el siguiente punto del itinerario, la fuente de la Ermita de San Isidro. No olvides llevar una botella u otro objeto donde meter el agua.

La fuente de la ermita tiene un agua que dicen que es milagrosa. La gente hace colas inmensas para llenar sus botellas que, unos chavales muy dispuestos, van llenando con grandes jarras. Como decía, las aguas de esta fuente son supuestamente curativas y brotaron gracias a uno de los muchos milagros de San Isidro.

Después de calmar la sed, hay que ir raudo a la ermita, digo raudo porque también para entrar se forman largas colas. Una vez dentro podemos descubrir su austera pero bonita arquitectura y decoración. También puedes besar unas reliquias del santo que se conservan dentro de un relicario y que un religioso custodia.

Con este recorrido ya hemos cumplido con lo más importante del recorrido de la pradera, ahora eres tú quien debe decidir qué quieres hacer. Las opciones son variadas, pasear, asistir a una misa multitudinaria, ir a los puestos a comprar algo y si te entra hambre puedes ir a las casetas donde puedes encontrar comida de todos los rincones de España. Lo típico es comer productos madrileños, entresijos, mollejas o gallinejas. Si no sabes lo que son estos alimentos, no te preocupes, tú cómelo y disfruta, eso sí, es muy importante que estén bien fritas y comerlo calentito y con pan.

Verás que hay muchas familias sentadas en el césped comiendo y disfrutando de modo campestre, esos son adictos a la pradera, charla con ellos si quieres, márcate un bailecito y de paso que te inviten a algo de vino y prepárate para el próximo punto de la ruta isidresca.

La Colegiata de San Isidro

Muy cerca de la Plaza Mayor, en la calle Toledo número 37, está la Colegiata de San Isidro. Allí se encuentra el cuerpo incorrupto del santo y es el lugar donde partirá la procesión que recorrerá las calles de Madrid. Una vez dentro de la colegiata, además de disfrutar de su belleza, has de ir a la parte derecha del altar mayor. Encontrarás una puerta, seguramente no la verás porque habrá una cola de gente esperando para entrar. ¿Dónde va toda esa gente? pues van a unas escaleras que conducen a la parte trasera del retablo, donde se encuentra la urna de plata que guarda los restos del santo. Allí puedes curiosear y besar otra reliquia que un religioso custodia.

Si has llegado hasta aquí seguro que eres un turista, pues bien, para ti amigo turista, llegó la hora de ir al siguiente punto candente de la ruta que se encuentra a un par de manzanas.

Cuadra de San Isidro

Este lugar se encuentra en la calle Petril de Santiesteban número 3. Es uno de los lugares más desconocidos por los madrileños y por los turistas.

Se trata de una capilla construida en el sótano de una casa del siglo XIX que fue donde se encontraba la cuadra propiedad de Iván de Vargas, patrón de San Isidro. Depende de la hora en la que llegues podrás visitarla por tu cuenta o bien con la grata compañía de una señora llamada María Teresa Pérez, última descendiente de Iván de Vargas que, amablemente, narra las curiosidades de este lugar. Es un lugar muy recomendable.
Después de la cuadra, como ya hemos comido y bebido en la pradera, ¡hale! al siguiente punto del itinerario.

Capilla de San Isidro de la Iglesia de San Andrés y Museo de los Orígenes

Estos dos lugares se encuentran a poco más de 100 metros de la Cuadra de San Isidro, son dos edificios que están casi adosados así que puedes verlos de un tirón. El museo es una vieja casona castellana que data del siglo XVI, fue propiedad de Iván de Vargas y en ella podemos encontrar numerosos objetos relacionados con la vida del santo y el pozo donde San Isidro obró el más famoso de sus milagros.

Saliendo del museo, a mano derecha, se encuentra una especie de patio con una verja, la cruzamos y nos dirigimos a la Capilla de San Isidro.

Fue construida en 1622 tras la canonización del santo, en un terreno ocupado por un cementerio donde San Isidro recibió su primera sepultura. La capilla fue el lugar donde reposaron sus restos hasta 1769, año en el que se llevaron su cuerpo a la basílica donde se encuentra actualmente.

Fin del recorrido

Llegado a este punto, está claro que serás todo un experto en la vida y milagros de San Isidro pero estarás agotado, también cabe la posibilidad de que me estés maldiciendo por haber seguido al dedillo todos los puntos recomendados. En cualquier caso, ya puedes reponer fuerzas en los muchos lugares que hay alrededor de la Capilla de San Isidro, te recomiendo la calle del Almendro.

También puedes volver a la Pradera y disfrutar de la fiesta nocturna o acercarte a la Gran Vía que también hay fiesta con motivo de su centenario.

Espero que lo paséis muy bien estos días y... ¡viva San Isidro y viva Madrid!